Uno de los problemas mas grandes que padece la sociedad en el mundo entero en estos tiempos, debido a su complejidad y su reacción de división en los humanos!!
Fanatismo Político.
Cada vez que
gira el mundo, parece estar más polarizado, las naciones se ven divididas por
posturas políticas y por consecuente se ha vuelto muy habitual escuchar el
término fanático político. Un fanático es una persona extremista que
con gran ímpetu manifiesta de la manera
que crea conveniente su apego a creencias de índole religioso, culturales, o de
índole política defendiendo aquellas creencias ideológicas de la manera que
crea conveniente, siendo este último tipo de fanático (el fanático
político) uno de los principales
problemas o dificultades con los que debe combatir la sociedad hoy en día.
El fanático político no necesariamente es
alguien que saca algún tipo de provecho de su “fanatismo” hacia el partido de
su elección, más bien es alguien que se
encierra y se aísla en sus propias posturas y creencias, siendo capaces de
llegar al extremo de generar conflictos, guerras, masacres y hasta divisiones
en el núcleo o entorno familiar. Al fanático político en la mayoría de los casos
le es difícil ver o creer que su postura esta errada, y tiene la fiel creencia
de que su convicción es la correcta.
Por lo general,
detrás de un fanático político hay
un líder alimentando y fomentando el fanatismo de quienes le siguen, hay
quienes olvidan que un político es un ser que está capacitado para “manipular”
y “convencer” a quienes le escuchan, siendo capaces de jugar con los
sentimientos y debilidades (demagogia) para lograr su propósito. En otras
palabras un líder político es el principal ente que promueve el fanatismo, convenciendo
a esos que deciden escucharlo de que su discurso y su ideología son la mejor o
la más apropiada según sea el caso, mientras más seguidores logren captar hacia
sus creencias, más votos tendrá por consecuente también obtendrá más apoyo y se
sentirá seguro y con un poder innegable. Para conseguir esto, usa estrategias
como la disputa y la deslegitimación de su oponente, usando frases previamente
compuestas que tienen como finalidad responder a las necesidades de las masas.
Un fanático político siempre va a los
extremos y no le gustan los puntos medios, en pocas palabras es un extremista.
Puedes reconocerlos por medio de varias características: Se creen dueños de la
verdad, se alteran fácilmente, se rodean de otros seres fanáticos, no miden su actuar cuando quieren defender sus
creencias, discriminan y son intolerantes. Un ser que se considera fanático de una postura política no se
percata de las consecuencias negativas que esto puede traer a su entorno y para
su vida cotidiana.
Un libro escrito
por Amoz oz, en contra del fanatismo,
nos dice que el fanatismo “es más viejo que el cristianismo, el judaísmo y que
el islam y hasta más antiguo que el Estado o cualquier credo”. El fanatismo
“envenena al mundo, un gen maldito para la humanidad”, nos dice Oz, creyendo que la mayoría de los “fanáticos” lo son sin sentir desprecio
por los contrarios, la dificultad viene cuando terceros son quienes se
alimentan del “fanático”
aprovechándose de estos para lograr sus objetivos.
Idea por: Juan Carlos Arévalo